Se acabó bañarse, en la Isla.

posted under by Andrés Gimeno



Fotografía Periódico Extremadura





Parece como si septiembre entrará con fuerza en la vida local y de un mazazo trastrocara el ritmo habitual de los meses de julio y agosto y nos devolviera a la realidad de la rutina invernal.

Para muchos placentinos la Isla ha sido su lugar de veraneo, con sus sillas, sus toallas y sus neveras han superado los rigores de este verano que ha sido el más cálido en varias décadas. Muchos placentinos que por otro lado no tienen posibilidades de pasar unas vacaciones a pie de playa o de hacer un viaje de ensueño, por que apenas tienen para llegar a fin de mes o cubrir gastos básicos. Para todos ellos se acabó la temporada de baños.

Y es que en un principio se decía que la calidad del agua no era mala, la espuma y su estado echaban para atrás a los habituales de la Isla. En palabras del Concejal de Desarrollo Sostenible apuntaba que uno se podía bañar bajo su responsabilidad y un día después se vació el canal por que el agua evidentemente no presentaba las condiciones óptimas para su utilización.

¡Hay que ser burro para actuar con tanta tibieza! Si desde el primer momento se sospecha que el agua no es apropiada para el baño se debe prohibir el mismo, no se puede dejar al libre albedrío de los usuarios cuando se puede estar poniendo en riesgo su salud. ¿Esto qué es una cuestión de fe? ¡Báñate y si no se te cae la piel a tiras es que el agua era apta! No se puede jugar con la salud de los placentinos, muchos son niños y adolescentes que acuden en grupo y a los que no se les puede trasladar la responsabilidad de bañarse en un lugar que puede que no sea apto para ello y que se supone que hay adultos vigilando para que el uso que hagan de esas instalaciones no sea un riesgo para su salud. Adultos que deberían de ser más enérgicos a la hora de actuar que para ello tienen nómina con su nombre.

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