Recuerdos de las Ferias de Plasencia.
Ya estamos en ferias. Ya hay ambiente de ferias. Ya vemos a vendedores de los puestos por la ciudad, mañana mismo el pregón, este año una placentina Rocío Durán; como viene siendo la tónica de los últimos años, después imagino que habrá fuegos artificiales y darán comienzo oficialmente a los días de ferias. Pero estas ferias no van a marcar época, van a ser unas ferias descafeinadas como vienen siendo en los últimos años.
Recuerdo cuando era pequeño que la instalación de las casetas a los pies de los Arcos de San Antón era el preludio de lo que iba a acontecer después. Veíamos como muchos de los socios se ponían a trabajar para montar sus casetas después de su horario laboral. Los Turroneros, Los del Sombrero, la Peña Taurina, la Gárgola… entrar en una de ellas sin invitación era tarea difícil, pero siempre había un amigo un conocido que te pasaba una de estas invitaciones y podías ir de caseta en caseta. Entonces se reunían un grupo de amigos que durante todo el año habían estado pagado su cuota, sus cenas, era su espacio. Las ferias realmente empezaban el día de las cenas de las casetas. Ellas con sus elegantes trajes, peinado de peluquería, ellos traje de chaqueta.
Los niños pasábamos horas mirando el ferial, como se iban instalando las atracciones siempre había un ¡ay este año ha venido el Vikingo! ¡La noria es mucho más grande que la del año pasado! La noria de la familia Cervera, las pista de coches chocones que pasaba el año en el parque de la Coronación y que volvía una vez más, aún así parecía diferente entre todas las atracciones. Las tómbolas en la que te ganabas una tostadora, o un megapeluche que más que un regalo parecía una venganza por que tenías que ir cargado toda la noche con él.
Las ferias tenían olor además de a churros, a pollo asado. Las familias enteras sentadas degustando un pollo asado al polvo, por que el polvo de la Coronación era tremendo. Manzanas con caramelo, patatas fritas. ¡Cuántos olores y sabores me vienen a la memoria!
Los toros eran una parte importante de las ferias, pero no el epicentro de las mismas. Muchas veces esperábamos a la puerta para ver a los toreros, nos parecían superhombres, veíamos como iban sacando los toros uno a uno y comentábamos ¡a este le han cortado una oreja! ¡A este las dos y el rabo! Después le montaban en la ratona y al matadero. El matadero tampoco existe ya.
Todo esto que es parte de las ferias de Plasencia han cambiado tanto que ya apenas se reconocen. Antes eran archiconocidas pero cada año van perdiendo adeptos. Este año las ferias se basan en dos puntos cañas y toros. Así difícilmente van a ser buenas ferias, los toros les gusta a un parte pero no a la gran mayoría, que tampoco pueden gastarse un dinero en las entradas. Y las cañas ídem de lo mismo o vas con la cartera en la mano, te coges la castaña o pareces que no estas de fiestas. Y estas fiestas que no son las que quieren la mayoría de la gente. La Concejalía de festejos ha preparado muchos toros y pocas actividades. No es posible que la mayor parte del presupuesto se lo hayan llevado los toros y el resto para apenas nada.
Recuerdo cuando era pequeño que la instalación de las casetas a los pies de los Arcos de San Antón era el preludio de lo que iba a acontecer después. Veíamos como muchos de los socios se ponían a trabajar para montar sus casetas después de su horario laboral. Los Turroneros, Los del Sombrero, la Peña Taurina, la Gárgola… entrar en una de ellas sin invitación era tarea difícil, pero siempre había un amigo un conocido que te pasaba una de estas invitaciones y podías ir de caseta en caseta. Entonces se reunían un grupo de amigos que durante todo el año habían estado pagado su cuota, sus cenas, era su espacio. Las ferias realmente empezaban el día de las cenas de las casetas. Ellas con sus elegantes trajes, peinado de peluquería, ellos traje de chaqueta.
Los niños pasábamos horas mirando el ferial, como se iban instalando las atracciones siempre había un ¡ay este año ha venido el Vikingo! ¡La noria es mucho más grande que la del año pasado! La noria de la familia Cervera, las pista de coches chocones que pasaba el año en el parque de la Coronación y que volvía una vez más, aún así parecía diferente entre todas las atracciones. Las tómbolas en la que te ganabas una tostadora, o un megapeluche que más que un regalo parecía una venganza por que tenías que ir cargado toda la noche con él.
Las ferias tenían olor además de a churros, a pollo asado. Las familias enteras sentadas degustando un pollo asado al polvo, por que el polvo de la Coronación era tremendo. Manzanas con caramelo, patatas fritas. ¡Cuántos olores y sabores me vienen a la memoria!
Los toros eran una parte importante de las ferias, pero no el epicentro de las mismas. Muchas veces esperábamos a la puerta para ver a los toreros, nos parecían superhombres, veíamos como iban sacando los toros uno a uno y comentábamos ¡a este le han cortado una oreja! ¡A este las dos y el rabo! Después le montaban en la ratona y al matadero. El matadero tampoco existe ya.
Todo esto que es parte de las ferias de Plasencia han cambiado tanto que ya apenas se reconocen. Antes eran archiconocidas pero cada año van perdiendo adeptos. Este año las ferias se basan en dos puntos cañas y toros. Así difícilmente van a ser buenas ferias, los toros les gusta a un parte pero no a la gran mayoría, que tampoco pueden gastarse un dinero en las entradas. Y las cañas ídem de lo mismo o vas con la cartera en la mano, te coges la castaña o pareces que no estas de fiestas. Y estas fiestas que no son las que quieren la mayoría de la gente. La Concejalía de festejos ha preparado muchos toros y pocas actividades. No es posible que la mayor parte del presupuesto se lo hayan llevado los toros y el resto para apenas nada.
Una foto divertida de los toros.
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