Es de cajón que no se puede acusar a nadie sin pruebas, que no se puede jugar con la vida de nadie por el mero placer de llenarse el bolsillo, por que todo en esta vida deja rastros y más tarde o más temprano se localiza una ip y al final nadie estamos a salvo de que nos localicen.

 Que yo sepa opinar no es delito, contar la vida como te place no es delito. Si alguien se siente dañado por lo que se publica en un blog no hay nada más sencillo que ir a un juzgado y presentar una denuncia y el tiempo y la policía que no es tonta pone a cada uno en su lugar. Y cuando más de uno se lleve las manos a la cabeza y proclame su honradez y su honestidad y lo buena gente que soy más le vale mirar hacia atrás y pensar en los cadáveres politicos que ha ido abandonando a lo largo de su asquerosa vida llena de lujos y de mierda, por que para conseguir lujos, beneficios y contactos se ha pisado mucha mierda y se ha hundido a mucha gente en la mierda.

Todos conocemos al tirititero en la sombra y sus artes, a sus secuaces cual ladillas adheridas a sus cargos como auténticos farloperos al polvo blanco y como les aplasta cuando no siguen su línea codiciosa. Y mientras tanto el en la sombra sigue moviendo los hilos pero cada vez somos más los que no tenemos miedo de cierto caciquillo autoproclamado rey del norte de Extremadura.

Envía a tus secuaces, tus comisarios políticos de otra época. Pero todo lo que comienza tiene un fin y hay un reloj que va marcando el fin de un ciclo. Si imperios más grandes y grandes emperadores de otra época cayeron desvaneciéndose en la nada es cuestión de tiempo que los que  hasta ahora han sido tus apoyos te vayan dejando sólo e iras cediendo y caerás en la misma mierda a la que tu has ido arrojando al resto.

Puedes poner nombres, caras, lugares o lo que te plazca pero imagino que cuando uno va dejando tantos cadáveres políticos a lo largo de la vida estos vuelven cual fantasmas en una noche de tormenta.

Hoy ha sido el burro mañana será el caballo y pasado la yegua trotona. ¡Qué más da! La cuestión es matar al mensajero.

Hay artes y mañas que no a todo el mundo producen el mismo efecto. El corto, pego, edito, censuro, manipulo y publico  que para algunos es un valor seguro para otros no tiene valor.

Al final el burro ha conseguido lo que quería no dejar indiferente a la panda de dirigentes de pacotilla.

¿Quién es el burro? Francisco, Antonio, Javier o María, Elvira…. Por que nadie se ha parado a pensar si  el burro no es burro  ¿Y si fuera una mujer?

Con todo mi cariño para mi gran amigo EL BURRO DE LOS CACHONES

Andrés Gimeno.