Este fin de semana ha tenido lugar la recolecta del DOMUND.

He recordado cuando íbamos al colegio y nos soltaban el sobrecito para los negritos de África. Entonces las huchas eran las del chino y  la del negro. Luego se modernizaron y parecían jarras de cerveza gigantes. Te daban una tira de sellos y con eso tenías que agradecer la colaboración de la gente la limosna que echaban en la hucha.    

Nos pateábamos Plasencia, salíamos el viernes por la tarde y no parábamos en todo el fin de semana. El lunes siguiente se contaba la colecta y como siempre le daban un pequeño obsequio una pegatina, un globo o algo al fulanito que se había limitado a visitar a la familia que como tenían pasta con cuatro visita había conseguido mucho más dinero que todos los demás pateándonos la ciudad. Al año siguiente se repetía la  misma historia y ya cuando eras más mayor,  en lo últimos años de colegio decías ¡Que coja la hucha tu santísima madre para lo que me lo vas a agradecer!

Sin embargo se mantiene el DOMUND y nos dicen que se quieren superar los 30.000 € que casi se consiguieron el año pasado. Y yo que he crecido y ahora lo veo desde otra óptica más personal pienso ¿y que pasa con los negritos de esta ciudad? Sí, todos estos que trabajamos como negritos  para poder pagar la cantidad de impuestos,  las hipotecas, los recibos de todo. ¿Quién nos ayuda? ¿Cómo justifica la Iglesia estos ingresos? ¿Paga algún impuesto a Papa Estado? ¿Cómo es que no esta más controlado el hecho de que vayan menores de edad pidiendo dinero?

Son tantas preguntas sin respuestas.

Y para más  INRI te enteras que las Hermanitas de los Pobres están dispuestas a ceder, eso si previo pago de su importe, el terreno necesario para el boulevard que tiene proyectado el Ayuntamiento en Cañada Real.  ¡Olé la solidaridad y voto de pobreza!

Con lo que llegas a la conclusión que se saca más de pedir que de dar.